sábado, 26 de marzo de 2011

La Tartine

Hay en la Candelaria un restaurante que solo abre sus puertas en la noche. Esto me parece curioso, lo he visto en otros países pero no pensé que ocurriera en Colombia.
De día pasa desapercibido, una puerta de lata como la tienen la mayoría de negocios por el centro y un letrero que apenas incita curiosidad pero es fácilmente pasado por alto.


En la noche la cosa cambia y ya se ve mucho más interesante, desde afuera parece que adentro está caliente y confortable.
Es un restaurante francés, que se especializa en hacer tartines que son básicamente preparaciones sobre una lonja de pan, a manera de sándwich abierto.
Ahora bien, la palabra sándwich puede sonar a que sirven comida rápida, pero nada más lejos de la verdad. Lo que ponen sobre el pan suele ser un suculento y elaborado plato que resalta tanto por su presentación como su esencia.
El mio era de lomo y la carne estaba tal cual me gusta, a medio hacer, jugosa y bien hecha al exterior. Prácticamente llamaba a ser acomañada por un buen vino tinto, pero ese día me decanté por la cerveza, que también acompaña adecuadamente el plato.
La carta es pequeña lo que facilita la elección. Me gusta que un restaurante se especialice porque normalmente significa que saben hacer mejor su trabajo. El chef Pascal hace una labor magnífica a mi modo de ver.
Ahora un consejo: el plato es grande, incluso para mi voraz apetito y dado que abren es por la noche puede resultar muy pesado para una sola persona, la recomendación, que allá amablemente sugirieron, es la de compartir.
Así que si quieren ir toca que se paseen por la noche en el centro. No es tan terrible como mucha gente lo pinta y la Candelaria en la noche tiene su encanto.
Queda sobre la Calle 12, la misma que va al Externado y cerca de la esquina de la 4a, que es la que uno coge para ir a la Luis Angel Arango de norte a sur.

sábado, 12 de marzo de 2011

Colfrance o las delicias de comer en carretera


En la vía de Bogotá a Chiquinquirá en el municipio de Capellanía (zona lechera junto con Ubaté a propósito) está Colfrance.

Es un lugar popular para detenerse. A diferencia de muchos restaurantes de carretera,que en Colombia normalmente son malos, sobretodo esos en los que paran los buses, Colfrance ofrece productos frescos e interesantes.
Como parte de su nombre lo indica tiene tradición francesa y se especializan, como no, en la fabricación de derivados lácteos. A mi me gusta comprar el queso holandés que hacen muy barato y delicioso; también tienen Tilsit, Camembert, Brie, Pera y bastantes más lo que convierten a este lugar en el recomendado para hacer compras de ese tipo. Otro producto que me encanta es el arequipe, contextura y sabor casi perfectos y a precio que me parece razonable.
Lo interesante también viene por el lado de las carnes, cuando paso por ahí siempre me antojo de una empanada rellena de carne, arepa con queso derretido y jugosas salchichas que pueden ser de ternera, cerdo o res y que con un buen ají casero y ensalada de papa de la casa están apenas para continuar el viaje con energía.
De solo recordarlo me dan ganas de hacer otro viajecito por la Ruta Comunera.